Cuidar la dieta durante los viajes
Estar lejos de casa puede significar un desfase total de nuestras rutinas y costumbres más arraigadas. Generalmente, durante el verano es cuando más viajamos en busca de destinos exóticos, pero también a lo largo del año, muchas veces debemos realizar algún que otro viaje por cuestiones laborales. En cada caso, las largas jornadas de espera, el estrés por lo desconocido y el agotamiento físico pueden acarrear severas complicaciones, especialmente para nuestra dieta y nuestra calidad de vida.
Bebe líquidos
Cuando nos encontramos a bordo de un avión, nuestro organismo experimenta una presurización que, sumado al consumo de café y bebidas alcohólicas, pueden considerarse la antesala para una severa deshidratación. En otras palabras, beber abundante agua durante el vuelo y al concluir este, resulta un aspecto sumamente importante para reducir los efectos del desfase horario y asegurar el correcto funcionamiento de nuestras funciones mentales.
Sobre el desayuno
Ya lo dice el dicho: “Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”. En otras palabras, el desayuno es la comida más importante del día, y en estos casos, nos permitirá contar con energía suficiente para enfrentar el jet lag y proveer a nuestro cuerpo de todos los nutrientes y vitaminas esenciales que necesita para comenzar el día con buen pie.
Respeta los horarios de comida
La regla de oro, nos recomiendan en este portal especializado en la dieta Montignac, es la siguiente: nunca permanezcas más de cuatro horas sin comer. Cuando saltamos las comidas nuestro cuerpo establece un sistema de emergencia en el que almacena las grasas para poder subsistir. Además, es una buena costumbre ajustar el reloj y las comidas del día de acuerdo al destino al que nos dirigimos. Otra cosa, cena ligera antes de ir a la cama (ensalada, sopa de verduras, pollo asado o una fruta fresca).
Cero excesos
Es común que, al encontrarnos de viaje, el propio desfase de horarios induzca a comer en mayores cantidades. Pero no sólo eso, si ingerimos alimentos altos en grasas, sodio y azúcares, estaremos dando al traste con la dieta. En este caso, la alternativa saludable es optar por el consumo de frutas, verduras y cereales ricos en fibra. Gracias a GQ por este consejo.
No abandones el ejercicio
Si te encuentras a bordo del avión, trata de estirar las piernas, flexionar el cuello o incluso efectuar caminatas cortas por el pasillo. Una vez que has llegado al destino, continúa con tu pequeño plan de ejercicios, y siempre que el tiempo te lo permita, aprovecha para caminar por la nueva ciudad, prescindir de los elevadores y hasta apuntarte en algún gimnasio cercano, nos recomiendan desde contigosalud.com.
Ojo con el buffet
Para nuestros ojos es algo maravilloso, y para nuestro estómago es el mismísimo paraíso. Sin embargo, la realidad es que los bufetes son un hervidero de calorías y alimentos poco saludables que no harán más que estropear nuestra dieta. Esto no significa que te prives (incluso puedes darte un caprichito algún que otro día), pero de manera general, intenta optar por comidas sanas, bajas en grasas y ricas en nutrientes.